Cuando ya me tenía loca, la metía en la cuna a leer un libro o que jugara con sus cosas para que me dejara descansar unos minutos.
Por otro lado el biberón es su mejor amigo. Tengo el cuidado de solo darle dos, uno por la mañana cuando se levanta cosa que es perfecta porque para mi es la niña mas feliz del mundo y croe que soy muy afortunada. Las levantadas de Matilda son lo mejor que me ha tocado en estos últimos años a su lado (Luego les dedicaré un espacio para contarles) y creo que mucho de esto se debe a su tetero (biberón). Y otro por la noche con el cual se duerme.
No sabía que quitarle pero después de hablar con Javier su padre llegamos a la decisión de quitarle primero la cuna, así nos tocara un poco mas pesado a nosotros. Todo lo hacemos por los hijos, como bien nos dicen nuestro padres.
La semana pasada finalmente desbaratamos la cuna de Matilda y pensé que todo iba a ser un caos. La primera noche se emocionó muchísimo, le gustó, pensé que no, pero se subía y se bajaba, se subía y se bajaba. Por supuesto por mas de tetero y todo le costó bastante la dormida y pensé que de ahora en adelante la dormida de mi hija iba a ser como la de muchos padres con sus hijos. Llevarla y leerle el libro, o quedarse al lado de ella hasta que se durmiera
, etc, etc. Pues no, otra vez me sorprendió mi chiquitina. Al segundo día de la dormida en su cama nueva, se acostó, se tomó su tetero y se durmió como siempre lo hacía en su cuna acompañada de su dulcecito o sisisho como ella le dice. (También dejaré este tema para otro día)
Pues en resumidas cuentas ha sido bastante gratificante lo de la quitada de la cuna. Ya no es un bebé es una niña.